Los regalos de la Madre Vaca: una mirada espiritual con Katie ‘Mila’ Bullis

Como aprendimos del artículo de Victoria, las vacas son criaturas altamente inteligentes y amorosas, que tienen tanto que enseñarnos sobre cómo crear relaciones armoniosas con la tierra, sus animales, y con los demás. Incluso cambios simples en nuestra forma de ver las vacas y los animales en general puede permitir una reducción significativa en el daño que hacemos y más armonía entre los seres humanos y el mundo natural del que tanto dependemos. 

Muchas culturas y tradiciones sabias a través del mundo también fomentan un entendimiento más profundo y espiritual de la naturaleza de los animales, y cómo nuestra relación con los animales refleja nuestras propias trayectorias espirituales. San Francisco de Asís hablaba sobre la necesidad de proteger y cuidar los animales como la creación de Dios, cuyas almas son tan valiosas como las nuestras. Mahatma Gandhi decía que “la grandeza de una nación y de su progreso moral se puede medir por la forma en que trata a sus animales.” Abraham Lincoln expresó que uno no puede ser un ser humano completo sin proteger los derechos de los animales tanto como los derechos humanos. Y el Talmud dice que quien salva cualquier vida “salva el mundo entero.” A través del tiempo y de varios contextos a nivel global, podemos reconocer que nuestra relación con los animales tiene implicaciones profundas morales, filosóficas, y espirituales, y que es aquí que podemos engendrar grandes cambios, incluso a través de actos pequeños y simples.

Para aprender más sobre el trabajo espiritual de cuidar de los animales, le preguntamos a nuestra propia Katie Bullis, horticulturista y experta en la cría de animales en Plenitud PR, sobre su perspectiva luego de varios años de cuidar las vacas en la finca. 

Katie dice, de esta relación entre nuestro propio progreso espiritual y nuestra relación con la vacas como madres: 

“Para verdaderamente apreciar las bendiciones de Mamá Vaca, requiere honestidad a la hora de mirar nuestra condición actual, personalmente y a nivel colectivo. Y una mirada profunda hacia adentro, a nuestra propia capacidad y disposición para mostrarle compasión maternal a TODAS las almas y seres vivos, no sólo a un grupo especial.”

“Una madre es amorosa, compasiva y generosa. Con frecuencia, pone a un lado sus deseos personales, e incluso sus necesidades, para satisfacer los deseos y necesidades de sus hijos. Su amor es incondicional, ininterrumpido y no necesita motivación. La tierra y la vaca son madres, y nosotres ¡somos sus hijos! Somos uno, evolucionando juntes y totalmente interconectados. Cómo tratamos a la tierra, cómo tratamos a las vacas, y por ende a nosotres mismes - está todo relacionado. Así que la felicidad de las sociedades humanas es totalmente dependiente de la felicidad de la madre tierra y la felicidad de la madre vaca. Sabiendo esto, es nuestra responsabilidad servir y amar a toda la creación sabiendo que no es diferente a nosotros, porque, de nuevo, somos UNO.”

Katie también compartió cómo podemos claramente ver que el estado de nuestra relación con las vacas y con la tierra está profundamente fuera de balance, reflejando una consciencia colectiva llena de egoísmo, avaricia e indiferencia hacia lo sagrada que es la vida. Como dijo Victoria, la granja industrial a nivel mundial es lo que más contribuye al efecto invernadero, calentando el planeta a un paso peligroso, y las condiciones en estas granjas industriales son de las peores de cualquier industria en el mundo. Katie dice: “Hoy, a través del mundo, la madre vaca tiene los ojos llenos de lágrimas, separada de su bebé y ordeñada artificialmente por máquinas. Ya drenada y falta de leche, la envían al matadero. Es sólo cuestión de tiempo en que la humanidad como colectivo experimente el efecto completo de este comportamiento horroroso; ya que somos una sola entidad viva consciente, lo que le hacemos a la tierra y a las vacas, inevitablemente nos lo hacemos a nosotres mismos. Y podemos ver claramente lo que está pasando a través de todo el mundo: guerras, la crisis climática destruyendo comunidades, y muchísimo más. 

Entonces, ¿qué podemos hacer para salirnos de este ciclo horrendo al que nos hemos metido? Nos toca hacer un cambio; tenemos que cambiar nuestra consciencia.” 

Albert Einstein famosamente dijo que no se puede resolver un problema con la misma mentalidad que lo creó. Para hacer este cambio consciente en la forma en que vemos el valor de todos los seres vivientes, especialmente animales indefensos pero altamente amorosos e inteligentes como las vacas, debemos primero aprender de los mismos animales, y entonces permitir que estas lecciones nos guíen hacia una relación más holística y compasiva con ellos. De la misma forma, Katie compartió sus recomendaciones basadas en años de criar y cuidar vacas: 

“Te alento, por favor, sólo empieza a pasar tiempo con una vaca. Compartan una mirada amorosa, ofrécele frutas, dale un masaje, péinala, ¡cántale! ¡Cualquier persona lo puede hacer! ¡Ella no discrimina! Recuerda, ella es una madre, y una madre ve a todos sus hijos de forma igual y con amor. 

Una vez empieces a pasar tiempo con ella, notarás muchas cosas. Probablemente la más notable para mí fue su PUREZA. ¡Las vacas son tan limpias! Pueden tolerar muchas condiciones climáticas, desde el frío gélido de Austria hasta el calor intenso del sur de Sudan. Pero ponlas en un espacio sucio y se enfermarán muy rápido. Les encanta que las bañen con agua, les encanta que les pasen un cepillo, y siempre se están aseando entre sí. Además de su limpieza externa, su interior es igual de puro, ¡si no más! En muchas culturas, se decía que el estiércol de vaca puede sanar heridas, y que caminar sobre él puede remover todas las bacterias en tus pies. Pasarte estiércol de vaca por la piel puede remover las células muertas de tu cuerpo y mejorar tu circulación. En la India, beber gomutra ark (orín de res destilado) se considera la fuente de la vida, porque puede prevenir y sanar muchas enfermedades y dolencias. 

En adición a eso, la sangre de la vaca está llena de nutrientes, por lo cual produce tanta leche que le permite suplirle a su bebé y a su familia extendida de humanos que la cuidan. Podemos usar esa leche para hacer crema, yogur, kefir, cuajada, queso, helado, mantequilla, ¡y mucho más! Aquí en Plenitud, ella nos provee fertilizante ilimitado (con su estiércol y orín) para nuestros huertos y árboles frutales. 

Hay una tribu en el sur de Sudan que vive totalmente de sus vacas, aunque no las matan ni se las comen. Se beben su orín y se comen su estiércol. Usan el estiércol seco para hacer fogatas y las cenizas para repeler insectos y como bloqueador solar. Y, a cambio, le dedican sus vidas enteras a proteger las vacas. Entienden esta relación esencial, y esta tribu tiene a algunas de las personas más saludables del mundo. 

Leí una vez en un libro sobre un señor mayor de Nueva Zelanda que tenía muchas vacas, pero mientras envejecía, tuvo que venderlas a todas excepto a una. Ella tenía alrededor de 40 años (esto es muy viejo para una vaca) y no había tenido una cría en más de diez años. Pero tenía un vínculo tan amoroso con ese hombre. El venía a verla todos los días y a llevarla a pasear, y ella tenía leche desbordándose de su ubre para él sólo por el afecto de madre que sentía hacia él. ¡Eso sí es amor!

Además de la pureza, la madre vaca tiene muchas otras cualidades increíbles. Ella es pacífica, compasiva, amorosa, generosa, honesta y tolerante. 

Tenemos que cambiar nuestra consciencia hasta que veamos a la madre vaca como el espíritu sagrado que ella es, y así vernos a nosotros mismos, genuinamente relacionándonos con ella. Entonces, podemos comenzar a servir y a proteger a las vacas, en vez de explotándolas y quitándoles. Ya que dar y recibir son lo mismo a nivel consciente, cuando le damos este amor y reverencia a la madre vaca, es inmediatamente reciprocado dentro de nosotres. Entonces, podremos desarrollar estas mismas cualidades de nuestra madre vaca y compartirlas con el resto de la creación. Pero si nunca cambiamos nuestra consciencia y nuestras acciones, ¿cómo podemos esperar tener paz, honestidad, pureza, compasión, tolerancia, o amor dentro de nosotres, mucho menos, en el mundo? 

Así que por favor, rumina sobre esto un rato y ¡apreciemos las bendiciones abundantes de Mamá Vaca!”

Tenemos tanto que aprender de nuestras queridas amigas, las vacas, y de Katie, cuyo servicio incansable hacia las vacas de Plenitud (y otros animales también) es una inspiración para todes que viven, trabajan, y visitan la finca. Les alentamos a todes a que sigan este consejo y pasen tiempo con animales donde puedan - o mejor aún, que vengan y nos visiten en Plenitud PR y ¡conozcan a nuestras amorosas madres vacas - Radha y Shekinah! Ambas tienen nombres que representan a la energía y presencia femenina, y la gente se encariña de ellas rápido. Mucha gente se ha sentido inspirada a cambiar sus hábitos alimenticios para reducir su consumo de carne luego de pasar tiempo con estos animales. Radha llegó a Plenitud en marzo del 2021, y creció rodeada de 4 perros ovejeros, ¡así que es tan juguetona como un perrito bebé! También es muy sociable y con frecuencia se le acerca a la gente. Le encanta la carambola y la col rizada (kale). Shekinah llegó en julio del 2023 para acompañar a Radha y ser hermanas. Como las vacas son seres sociales, y quieren amar y ser amadas tal y como nosotres lo queremos, queríamos que Radha tuviese una amiga con quien compartir. Shekinah es muy dulce y gentil, lo cual es un buen balance para Radha. 

Cualquier persona puede hacer los cambios pequeños que suman a una diferencia grande (¡incluyéndote!) Tal vez esto empieza con pasar más tiempo en la naturaleza, más tiempo con animales, o traer más atención consciente a las decisiones alimenticias. Hay abundantes maneras en que estamos conectados al mundo natural, y encontrar nuestras propias prácticas personales que traen los mayores beneficios y que minimizan el daño hacia todos los seres vivos es crucial para la sanación colectiva y para el cambio de consciencia. 

“Si nunca cambiamos nuestra consciencia y nuestras acciones, ¿cómo podemos esperar tener paz, honestidad, pureza, compasión, tolerancia, o incluso amor dentro de nosotres, mucho menos en el mundo?” - Katie ‘Mila’ Bullis

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