Un Espacio para toda la Comunidad

“Paula, Natalia... dejen lo que están haciendo y vengan conmigo. Quiero compartir algo con ustedes. ¡Esto no puede esperar!”

Aunque Paula y Natalia se extrañaron un poco por mi insistencia, se dieron cuenta por mis gestos y entusiasmo de que era algo positivo, algo emocionante. "Espera, déjame buscar mi café, ahora mismo voy", dijo Natalia mientras le indicaba que se diera prisa en subir al vehículo. Un momento después, estábamos saliendo por los portones de la finca y subiendo la cuesta hasta la carretera 407, para luego doblar a la derecha en la casa de nuestra vecina Doña Rosa, reduciendo la velocidad lo suficiente para dejar que sus pollitos cruzaran la carretera. Después de recorrer unos cientos de metros a través de la comunidad, llegamos a la cancha de baloncesto local.

Veo en Paula y Natalia a dos visionarias espontáneas, creativas y compasivas; si alguien puede acompañarme en esta sesión de "brainstorming" con entusiasmo y mentalidad abierta, son estas dos. Esa misma mañana, después de hacer algunas diligencias, entré en el estacionamiento de la cancha de baloncesto local y me invadió una repentina oleada de inspiración.  Mi mente se llenaba de ideas y visiones de un espacio transformado en un hermoso oasis para la educación, la recuperación y la resiliencia. Me pasé media hora solo caminando el espacio e imaginando todo el potencial oculto que contenía, a la espera de que se le diera vida.

"Paula, mira... este pequeño edificio no se usa para nada. Está todo vacío por dentro.” Nos asomamos por las ventanas del antiguo club de boxeo que llevaba años sin usarse. La estructura de cemento estaba cubierta de una deteriorada pintura anaranjada, polvo y excremento de lagartijos. "¡Podríamos montar aquí una cocina comercial y utilizarla para preparar la comida de los abus! ¿No te imaginas a Mónica probando una receta nueva con viandas y productos locales? ¿O a la Dra. Ileana, ofreciendo un taller de cocina diseñado para reducir el riesgo de diabetes?"

"¡Wow, ese espacio es realmente grande! Creo que se podría montar una cocina comercial. ¿Por qué no?", afirmó Paula con una sonrisa juguetona y los gestos animados que la distinguen. 

Volví mi atención a Natalia. "Imagínate que allí pintaras un hermoso mural en la cancha como lo hiciste en Arecibo. ¿No crees que cobraría vida el lugar? Podríamos utilizar el espacio techado para realizar todo tipo de actividades para la niñez y los miembros de la comunidad: no sólo actividades deportivas, sino también clases de arte y baile, talleres de jardinería... todo tipo de servicios que ofrecemos en las escuelas. Y el espacio es tan grande que podemos mantener distancia y organizar actividades aquí a pesar de Covid".

Natalia se puso rápidamente en acción, visualizando maneras de incorporar a la niñez en el proceso y presentar temas de la naturaleza que no sólo inspiren alegría sino que también puedan ser funcionales. "Me encanta utilizar el arte para provocar la sanación y alegría. ¡Dale, vamos a hacerlo!", exclamó Natalia.

Estuvimos recorriendo el espacio durante al menos una hora. Compartimos ideas y discutimos cómo preparar una propuesta para obtener permiso del alcalde para renovar el centro comunitario y convertirlo en el espacio dinámico que estábamos visualizando. Paula y Natalia poseen esa capacidad única de imaginar posibilidades sin dejarse atrapar por pensamientos de limitación y la llamada "practicalidad" que nos impiden a tantos de nosotros imaginar un mundo mejor. Realmente me encanta eso de ellas dos, y esta vez no me fallaron.
Mientras estoy sentado en mi escritorio escribiendo esto, pienso que esta capacidad de soñar y de sentirnos llenos de esperanzas ha jugado un papel clave en el desarrollo de los proyectos de Plenitud PR en los últimos 12 años. Todo lo hermoso y transformador comienza con un sincero deseo de servir y ayudar a los demás.

Pero el amor es algo más que una emoción agradable o un sentimiento: también requiere trabajo duro, concentración y organización para que se manifieste de forma tangible. Cuando estamos realmente comprometidos con el servicio a los demás con determinación y enfoque, estamos dispuestos a hacer lo necesario para lograrlo, incluso cuando esto significa hacer tareas que nos sacan de nuestra zona de comodidad o no se alinean con nuestras preferencias (¡como sacar la basura, o recaudar fondos!).

He descubierto que a través de la lucha y los desafíos que se presentan en el sendero del servicio a los demás, se ponen a prueba mi sinceridad y determinación. Cuando persevero, mi corazón se abre un poco más, dejando más espacio para la alegría y me permite aportar más compasión y tolerancia en las relaciones con mi comunidad, en el trabajo y en mi familia.

Como equipo, hemos trabajado duro desde que nos unimos para visualizar el Centro Comunitario de Las Marías hace más de un año, haciendo lo necesario para dar vida a este sueño. Nuestros vecinos Eleonor y Javier fueron de puerta en puerta y hablaron con más de 200 miembros de la comunidad, obteniendo su apoyo y compartiendo sus voces con el alcalde durante la propuesta. Ellos dos, junto con decenas de voluntarios, vecinos y miembros del equipo Plenitud PR han llevado el Centro a través de los primeros pasos de las renovaciones, la preparación de los diseños, la obtención de los permisos y la instalación del equipo de cocina.

También compartimos el proyecto con personas y fundaciones de nuestra red y les invitamos a formar parte de esta iniciativa. Ha sido muy alentador experimentar tanta respuesta y apoyo por parte de nuestra comunidad, logrando recaudar un total de $38,000 durante nuestra reciente campaña de recaudación de fondos gracias a las contribuciones de más de 100 individuos y 8 fundaciones. Quiero dar personalmente un agradecimiento especial a Plenty International y MoneyHouse por sus generosas contribuciones a esta iniciativa - gracias por creer en nuestro trabajo y por decidir formar parte de esta iniciativa. “¡¡Fist bumps!!”   


También somos muy afortunados de contar con el generoso apoyo de una organización local sin fines de lucro, Para La Naturaleza, que nos donó un sistema solar bien potente y un sistema de recolección y filtración de agua de lluvia que nos permitirá responder efectivamente a los desastres naturales y a los momentos de emergencia sin interrumpir nuestros servicios.

Hoy un compañero de trabajo, Alexis, y yo estábamos en el techo del Centro Comunitario tempranito en la mañana reemplazando un panel del techo que fue dañado hace 4 años durante el huracán María. Era una mañana fresca, húmeda y especialmente hermosa. Me sentí brevemente invadido por un profundo sentimiento de satisfacción: mi corazón se sintió tan lleno al mirar hacia atrás y ver todo lo que habíamos logrado en el último año. Estoy tan agradecido de formar parte de este equipo y de realizar un trabajo tan significativo. Y no se equivoquen, esto es solo el comienzo...


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