5 consejos para mejorar tu digestión (más allá de lo que hay en tu plato)
Ya estás al tanto de que, para tener una digestión óptima, es importante consumir una alimentación integral, abundante en frutos de la tierra, y cultivada ecológicamente. También conoces la importancia de elegir métodos de cocción saludables, y balancear las porciones de cada grupo alimentario.
Sin embargo, hay muchas personas que experimentan problemas digestivos, aún al seguir estas recomendaciones. Esto se debe a que lo que comemos no lo es todo cuando se trata de una óptima digestión.
La digestión es un ecosistema complejo en el que influyen no sólo la comida, sino también el ambiente y los hábitos que seguimos al comer, así como nuestras emociones y pensamientos.
Puedes estar consumiendo los alimentos más saludables del mundo, pero no es sólo lo que tienes en el plato lo que determina la calidad de tu digestión.
Basado en principios de diferentes fuentes, como la ciencia de la energía alimentaria, el Ayurveda, la nutrición integrativa y mi propia experiencia, aquí te comparto 5 recomendaciones sencillas para que puedas optimizar tu digestión más allá de lo que hay en tu plato.
1. Evita beber con la comida.
En cualquier restaurante que voy, siempre me preguntan qué quiero beber con la comida. Hay meserxs que se sorprenden cuando les digo que no voy a tomar nada. Combinar la comida con refrescos, jugos, bebidas alcohólicas, e incluso agua fría, está bastante normalizado en la cultura. Pero, ¿nos está haciendo bien?
Quizás ya has escuchado que no se debe beber mientras se come. Pero es importante entender el por qué, y aquí te explico. Como regla general sí, vamos a evitar beber líquidos con la comida, y esto es porque:
Queremos preservar la composición de los jugos gástricos.
Los jugos gástricos son una sustancia dinámica, una mezcla compleja que el sistema digestivo formula en base a lo que vas a digerir, ya que diferentes grupos de alimentos requieren diferentes enzimas digestivas para ser digeridos. Por eso, una vez la mezcla de jugos gástricos está creada y lista para procesar los alimentos, ¡no queremos diluirla por nada del mundo! Nuestra digestión y absorción óptimas dependen de ello.
Queremos evitar cualquier incompatibilidad digestiva entre los ingredientes de la comida y los ingredientes de la bebida.
La compatibilidad digestiva comienza con la combinación de alimentos que tienes en el plato. Combinando alimentos que el sistema digestivo pueda procesar exitosamente cuando se digieren a la misma vez. Los ingredientes de las bebidas y las comidas (aunque sean saludables) suelen ser incompatibles entre sí, y esto obstaculiza el proceso digestivo.
Así que vamos a evitar bebidas junto a la comida, aunque sean “saludables” (smoothies o jugos frescos). Si aún necesitas beber algo, que sea agua filtrada a temperatura ambiente o una infusión de hierbas a temperatura ambiente o caliente, y que la cantidad no sobrepase las 4 onzas (la mitad de una taza).
2. Permítete la experiencia sensorial, y mastica sin miedo.
Tu sistema digestivo formula la composición de los jugos gástricos en base a cada cosa que vas a comer. Por eso tu sistema digestivo necesita registrar lo que vas a comer antes de que llegue al estómago. ¿Y cómo hace esto? A través de los sentidos (el olfato, la vista, el gusto), pero especialmente la masticación.
Cuando te tomas el tiempo de observar, oler, saborear, e incluso tocar tus alimentos, estás llevando a cabo una parte fundamental de la digestión. No sólo estás apoyando al estómago a registrar lo que estás consumiendo, sino que al masticar, estás triturando los alimentos para que el estómago pueda hacer su parte efectivamente. La clave es masticar hasta que los alimentos tengan una consistencia suave y homogénea. Así que cuando mastiques, hazlo sabiendo que tu nutrición depende de ello.
3. El postre, sí… 2 horas después de comer.
Ya sea postre o una bebida que deseas consumir, la alta concentración de azúcares en estos alimentos altera el proceso digestivo si se combinan en el estómago con comidas altas en proteínas y/o grasas. Estarías sometiendo tu digestión a un esfuerzo innecesario, que afecta tus niveles de energía provocando sueño o cansancio después de comer.
Si deseas consumir un postre o bebida, tómala al menos 2 horas luego de comer. Y permite al menos 2 horas antes de consumir otra comida. Esto te provee una ventana de tiempo para que los alimentos pasen del estómago al duodeno. De esta manera, los ingredientes del postre o bebida tienen su propio ciclo digestivo, aparte de la comida. Pero es importante conocer y observar tu cuerpo, ya que el procesamiento de alimentos en el estómago podría tomar hasta 4 horas. Esto depende del tipo de comida, la cantidad, así como tu metabolismo, entre otros factores.
¡Esto tampoco es una luz verde para comer postres todos los días! Consume postres esporádicamente. Recuerda que el delicado balance microbiótico del intestino es vital para una óptima digestión y los azúcares refinados son disruptores de este equilibrio.
4. Come fresco, para mayor energía y vitalidad.
No sólo nos alimentamos de la comida como materia, sino que también nos alimenta la vitalidad que contiene. La frescura de los alimentos y su calidad influyen en cuán energizadx te sientes en el día. Recomendamos que consumas tus alimentos lo más frescos que puedas, idealmente consume tu comida en un plazo de 2 días desde que se elaboró por primera vez.
Cada vez que recalientas los alimentos, estos pierden vitalidad. Si es necesario recalentar, intenta recalentar la comida sólo una vez, cuando la vayas a consumir. Si tienes una gran cantidad de “meal prep”, recalienta sólo la porción que vas a comer en ese momento.
Esta práctica también ayuda a preservar nutrientes. En los alimentos frescos, la energía vital, minerales, vitaminas y enzimas están más presentes; esto promueve la digestión y asimilación. Mientras más fresca está la comida, también se previene la creación de toxinas y fermentación en el intestino (lo que crea gases e inflamación). Aunque es algo que no se ve a simple vista, la transformación en cómo te sientes puede ser radical y expansiva mientras más lo practicas.
5. Come con el sol.
Sí con el sol. Suena místico pero la esencia de esto es comer cuando el fuego digestivo está en su mayor apogeo, y esto es durante el día. El metabolismo varía a lo largo del día, y esto es lo que se conoce como el ritmo circadiano. Esto es un ritmo que tienen las células de tu cuerpo, como un reloj interno, que se regula con la luz del sol. El ciclo celular tiene 3 fases; eliminación, ingestión y regeneración. Cuando comemos con el sol estamos alineando nuestra alimentación con el periodo que las células del cuerpo están en ingestión.
Aunque hay muchas “fórmulas” allá afuera, creo que cada persona debe experimentar con qué horarios funcionan mejor para sus comidas. Personalmente practico consumir mis alimentos sólidos entre 9am-6pm, es lo mejor que me funciona. Si necesito consumir algo más tarde o más temprano usualmente tomo frutas o un batido.
Comer con el sol nos ayuda también a regular nuestros ciclos de descanso, y tener un descanso más reparador. Si comemos nuestra última comida antes de la puesta del sol, podemos acostarnos a dormir habiendo realizado la digestión. Esto permite al cuerpo enfocarse en la regeneración celular mientras estás durmiendo, y que puedas disfrutar de mayor energía durante el día y longevidad a largo plazo.
Trata estas recomendaciones y observa cómo te sientes. Explorar diversas maneras de practicar tu estilo de vida, es clave para diseñar una forma de comer y vivir que te apoye a expresar tu máximo potencial. Y si tienes preguntas, nos encantará conversar. ¡Escríbenos a bienestar@amapachana.com!
Este contenido es solo para fines informativos y no debe tomarse como un consejo médico profesional. Si tienes problemas digestivos u otros problemas de salud, siempre consulta con tu médico u otrx profesional de atención médica cualificado antes de probar un nuevo régimen de salud.
