Un Año de Almuerzos Hechos con Amor para Nuestros Abus

Es difícil creer como el COVID-19 ha tenido un control sobre nuestras vidas por más de un año. Durante este tiempo, hemos estado físicamente distantes de nuestras amistades, familias y comunidad para poder protegernos unos a otros. Nos adaptamos a nuevas maneras de mantenernos comunicados, aprendiendo, trabajando y mantenernos conectados. Aquí en Plenitud PR siempre estamos en búsqueda de formas innovadoras de poder servir a nuestra comunidad mientras protegemos a aquellas personas de nuestra área que son más vulnerables a la pandemia.

Para mi, uno de los ejemplos más impactantes de este esfuerzo llegó cerca de esta fecha hace un año atrás. Era el fin de semana de Pascua. La finca había sido bendecida con una cosecha abundante--de hecho, tuvimos tantos productos frescos que simplemente teníamos que compartirlo. Compartimos ideas sobre cómo podíamos lograr esto de una manera segura y pensamos en aquellas personas que más necesitaban alimentos frescos y saludables. Nuestros pensamientos inmediatamente llegaron a los envejecientes de nuestra comunidad, especialmente a aquella población que enfrenta las dificultades del aislamiento social, los efectos del virus en la salud y falta de acceso a cuidado médico de calidad. Estas variables componen lo que ya es una situación complicada para las personas envejecientes en nuestra área, una de las más pobres en Puerto Rico y donde el acceso a alimentos frescos, orgánicos y nutritivos es severamente limitado. Utilizando protocolos de seguridad e higiene estrictos en la cocina, decidimos unirnos en equipo y crear un banquete de Pascua para compartir con nuestros vecinos envejecientes. ¡Fue todo un éxito!

Tuvimos unas conversaciones increíbles con nuestros vecinos ese día. Aprendimos más acerca de cómo estaban pasando sus primeros días de confinamiento por COVID - la mayoría estaban solos, sin apoyo familiar y sin acceso a servicios esenciales como el supermercado o farmacias. Lucharon por satisfacer sus necesidades básicas, enfrentando un aislamiento y soledad prolongada sin fecha de culminación. Necesitaban ayuda y nos inspiramos a actuar. Ahí es cuando entendimos - esto no podía ser algo que ocurriese solo una vez.

Así es como nació el programa Amo Mis Abus. Con todas las manos a la obra y protocolos estrictos en la cocina y durante las entregas, comenzamos a entregar almuerzo a más de 50 envejecientes aislados en la comunidad. Pasamos de 6-8 horas cocinando todos los días y más de 4 horas guiando en las carreteras estrechas de nuestra región montañosa para poder entregarles estos almuerzos lo más frescos posible. En muchos sentidos, no nos encontrábamos en la mejor disposición para asumir un programa de esta envergadura. Apenas habíamos perdido nuestra fuente principal de ingresos para una temporada completa - grupos de estudiantes que llegaban para excursiones de aprendizaje mediante el servicio de universidades en los Estados Unidos - y nos enfrentamos a la posibilidad de cancelar grupos para el próximo año o más. No teníamos suficientes recursos económicos para mantener a nuestro personal y estuvimos inseguros de cómo podíamos garantizar solvencia financiera para los meses que se acercaban.

A pesar de esto, no había duda en nuestro corazón que debíamos hacer todo lo posible por poner a nuestros abus primero.

Encontramos formas para hacer que funcione y juntamos un equipo comunitario para crear una oportunidad de servicio compartida, incluyendo una colaboración con el “World Central Kitchen”, quienes financiaron la compra de ingredientes para las comidas durante los primeros meses del programa. Durante la marcha, creamos amistades increíbles y escuchamos - desde una distancia segura - historias impresionantes sobre resiliencia, fuerza y sabiduría por parte de estos queridos líderes. Esta experiencia tuvo un impacto profundo en cada persona involucrada con este programa y creamos un video para compartir con la gran comunidad de Plenitud PR:

Aun cuando se convirtió insostenible el servir y repartir almuerzos diariamente, sabíamos que queríamos continuar dando este servicio de alguna manera u otra, así que comenzamos a entregar almuerzos semanalmente - un servicio que continúa hasta el sol de hoy, un año más tarde. Aunque los fondos para correr este programa acabaron, nos sentimos tan comprometidos para continuar proveyendo este servicio que estamos utilizando nuestro presupuesto operacional para continuar sirviendo a nuestros abus, a pesar de haber sufrido una pérdida de $225K de presupuesto flexible para este año solamente.

En muchas ocasiones, parece imposible seguir adelante con todo en tu contra, pero cuando conoces a las personas que hemos conocido y has tenido la oportunidad de ver cómo brillan sus ojos con gratitud y emoción por el simple regalo de un almuerzo fresco, entiendes por qué debes seguir para alante sin importar lo que cueste.

Este año ha sido uno lleno de altas y bajas, de gran incertidumbre y muchas responsabilidades. Una que otra sorpresa también. Para mi, una de las sorpresas más grandes fue que al final del día nosotros no éramos quienes estaban dando el servicio. Puede que le hayamos traído un almuerzo caliente, pero en cambio, nuestros abus nos sirvieron a nosotros la sabiduría de la experiencia que nos enseñó que verdaderamente era lo importante en esta vida. Nos sirvieron emoción y fuerza frente a obstáculos difíciles de conquistar, demostrando lo que verdaderamente significa ser resiliente. Nos sirvieron cariño y nos dieron la bienvenida instantáneamente, demostrando el poder unificador que tienen las relaciones. Sobre todo, nos sirvieron agradecimiento genuino y sincero, enseñándonos que un corazón agradecido es el mejor regalo que podemos recibir y compartirlo con otros puede levantar nuestros espíritus. Estas lecciones nunca las olvidaré y estoy llena de gratitud por haber participado en esta aventura asombrosa junto a Plenitud PR y nuestra comunidad de abus.


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